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Hace unos años nadie podía ni siquiera imaginar un Jaguar con carrocería familiar y motor diésel. Pero la marca de origen inglés, al igual que otras muchas, ha tenido que adaptarse a las exigencias del mercado y por ello ha fabricado el espectacular Jaguar XF Sportbrake que probamos esta semana.
El XF que llegó al mercado en el 2007 recibió su primer restying en el año 2011 y ha sido a finales de 2012 cuando Jaguar ha lanzado la versión familiar llamada Sportbrake. No se trata del primer familiar de Jaguar, ya que hace unos años sacó al mercado sin mucho éxito el X-Type Familiar, pero como veremos a lo largo de esta prueba parece que el XF Sportbrake sí tiene todos los ingredientes para convertirse en un éxito. De hecho, según comentan responsables de la marca, estamos ante el Jaguar más polivalente de la historia.
El Jaguar XF Sportbrake está disponible sólo con tres motores diésel, uno de cuatro cilindros con 2´2 litros y 200Cv y dos motores V6 con 3 litros y 240 y 275Cv. En esta prueba analizamos el primero de unos más que sobrados 200Cv. Por tanto,en esta variante familiar del Sportbrake Jaguar no ofrece ni mecánicas de gasolina ni versiones con tracción integral. En lo relativo a nivel de equipamiento, la unidad que Jaguar nos ha cedido es la denominada “Premium Luxury” que es la más equipada, dejando a parte el exclusivo acabado “Portfolio” que apenas tendrá pedidos.
En España todavía no existe una cultura del coche familiar como sí ocurre en países como Alemania donde casi el 50% de las ventas de Audi A6 y BMW Serie 5 son con carrocería de este tipo. Pero poco a poco este tipo de coches está calando en el gusto de los españoles y cada vez son más quiénes los compran no por necesidad de espacio sino por diseño, y en eso muy pocos podrán ganarle a este Jaguar XF Sportbrake.
En los últimos tiempos, Jaguar se caracteriza por combinar la elegancia que siempre le ha destacado con la deportividad que le avala a lo largo de su historia. En el diseño del Jaguar Sportbrake ambas cosas se han combinado a la perfección dando como resultado un coche con una silueta muy deportiva y un aspecto agresivo pero siempre dentro del clasicismo típico de Jaguar. Decir si un coche es bonito o feo es algo que se antoja complicado ya que es algo muy subjetivo, pero sí diré que es la primera vez que me siento observado por la calle al conducir un vehículo familiar.
No hay duda de que la parte más atractiva del Jaguar XF Sportbrake es el frontal que comparte con la carrocería berlina. Está presidido por unos espectaculares faros con luz diurna led que son más estilizados y alargados que en la primera generación del XF berlina. De hecho estos faros han sido recuperados del concept C-XF del que partió el primer XF allá por 2007 y que perdió en el proceso de fabricación en beneficio de otros más tradicionales. Ahora, los responsables del diseño del Jaguar XF Sportbrake capitaneados por Ian Callum, por fin se han atrevido con estos faros muchísimo más atractivos. Además, al mirar el frontal no podremos dejar de fijarnos en la parrilla cromada con una forma muy característica de la marca.
Pero por mucho que nos guste el frontal del XF Sportbrake no se trata de ninguna novedad ya que es a partir del pilar B donde la carrocería es totalmente nueva y específica para esta versión familiar. Se mantiene la batalla, pero la zaga más voluminosa y la suave caida del techo en la parte trasera hacen que el Sportbrake sea mucho más imponente y llamativo que el XF berlina.
Gran parte de la culpa de que este familiar luzca un aspecto deportivo la tienen las espectaculares llantas de 18″ que luce la unidad que hemos probado y detalles como las branquias de las aletas laterales, que además tienen detalles cromados con la inscripción “Jaguar”. También son cromados los marcos de las ventanas y el contraste de todos estos detalles con el color burdeos es simplemente espectacular.
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Ya hemos dicho en la primera parte de la prueba que el Jaguar XF Sportbrake es un coche que levanta miradas a su paso, pero cuando se abren las puertas la sensación de sentirse observado se multiplica por diez. Jamás pensé que un coche con la tapicería de este color pudiera resultar elegante, pero Jaguar tiene su propia manera de hacer las cosas y en el interior de este Sportbrake con cuero rojo/negro lo han demostrado.
El salpicadero tiene un diseño muy limpio y de formas sencillas que aporta tranquilidad y resulta acogedor. En este punto de la prueba solemos hablar de la calidad de los materiales y de la terminación, pero en esta prueba creemos que no es necesario debido a que se presupone con la fabulosa reputación de Jaguar en este aspecto.
Al sentarse en el puesto de conducción la sensación es de auténtico lujo ya que el cuero, la madera y el aluminio te rodea por todas partes. En la gran mayoría de los coches se puede optar por un acabado interior más clásico con terminaciones en madera u otro más deportivo con terminaciones en aluminio, en este caso ambos materiales están combinados y el resultado es estupendo.
El salpicadero está presidido por una pantalla táctil desde la que se visualiza y controla todo el sistema de infoentretenimiento del coche así como el navegador y la cámara de visión trasera. A los lados de la pantalla encontramos las rejillas escamoteables del aire acondicionado que “desaparecen” al apagar el sistema de climatización dando un aspeco mucho más limpio al salpicadero. Más abajo encontramos la consola central con el botón de encendido y el característico selector de cambio circular que también se esconde al apagar el motor.
Mención a parte merecen los asientos delanteros. Quizás llamen la atención por el la llamativa tapicería, pero el cuero rojo esconde muchísimo debajo. Son eléctricos, con ajuste lumbar, ventilados y con memoria que también guarda la posición del volante. Sujetan muchísimo en apoyos y son el summun de la comodidad gracias a la multitud y amplitud de los ajustes que ofrecen.
Una vez sentados y con todos los mandos al alcance de la mano es el momento de medir distancias y valorar la habitabilidad del habitáculo. Tanto en anchura como en longitud, el espacio para los ocupantes de las plazas delanteras es soberbio, algo que puede resultar normal en un coche de casi cinco metros. Pero centímetros a parte, el ambiente acogedor del que hablábamos antes se encarga de que cualquiera que entre en el Jaguar XF Sportbrake esté ansioso por deborar kilómetros.
El Jaguar XF Sportbrake no solo tiene aspecto de familiar, sino que lo es con todas sus consecuencias, por lo que es en las plazas traseras y en el maletero donde encontraremos las principales ventajas y diferencias con la variante berlina. A pesar de no haber aumentado su batalla, el XF Sportbrake ofrece más espacio para los ocupantes traseros y además los asientos han sido rediseñados para un mejor uso del espacio. Las plazas traseras son 5 centímetros más altas y aunque esta diferencia puede parecer reducida, la habitabilidad del coche mejora muchísimo no solo por el aumento de espacio sino por que al ser las ventanas más altas, la claridad y la sensación de amplitud es mucho mayor que en la berlina.
Pasamos al maletero que cuenta de serie con apertura y cierre eléctrico. Al pulsar el botón y tras esperar los segundos que tarda la apertura, nos encontramos con maletero de 550 litros que lo sitúan algo por debajo de rivales como el Audi A6 Avant que cuenta con 565 litros o el Mercedes Clase E que tiene 695 litros. A pesar de ello, consideramos que la capacidad de carga es más que suficiente y además la gran amplitud de la apertura y las formas regulares y planas facilitan mucho la carga y la utilización del espacio.
No será el maletero más grande del segmento, pero sí uno de los más prácticos por la multitud de soluciones que aporta, y además bajo su suelo esconde una rueda de repuesto, al contrario de la gran mayoría de coches actuales que optan por kits antipinchazos. Cuenta con raíles en el suelo que ayudarán a sujetar la carga, una pequeña guantera en el lado derecho, luces de cortesía y una toma de corriente. Para abatir los asientos traseros se ha optado por unas pequeñas, prácticas y accesibles palancas situadas a cada lado del maletero con las que la superficie de carga del Jaguar XF Sportbrake pasa a tener una longitud de casi 2 metros con un suelo prácticamente plano. En estas condiciones, el volumen de carga total es de 1.675 litros.
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Como ya dijimos antes, el Jaguar XF Sportbrake solo está disponible con tres motorizaciones diésel y en concreto probamos el 4 cilindros de 2.179 cc y 200Cv fruto de la colaboración entre Ford y PSA. Este motor es un viejo conocido ya que lo equipan modelos como el Land Rover Freelander 2 y el Range Rover Evoque que probamos hace poco. A diferencia de en estos modelos, en el XF Sportbrake el motor se encuentra en posición longitudinal. En la berlina, este motor desarrolla 190Cv pero para la versión familiar se han estirado hasta los 200Cv.
El motor tiene un tacto agradable y es suave y silencioso. Lógicamente no es un motor deportivo pero tiene mucho par en bajas aunque es entre las 2.000 y 4.000 vueltas donde entrega lo mejor de sí proporcionando un gran empuje a este familiar de casi 5 metros de largo y 1.825 kilos. Es un motor desarrollado para conseguir bajos consumos, y lo consigue. Oficialmente, Jaguar anuncia un consumo medio de 5’2 litros a los 100 kms. Durante los algo más de 1.000 kms que duró la prueba, el consumo medio fue de 6’3 litros e hicimos trayectos de autovía con medias de 5’1 litros. Estas cifras son muy buenas para un familiar de este tamaño, peso y potencia, pero hay que decir que se disparan si hacemos una conducción agresiva.
El Jaguar XF Sportbrake siempre va asociado a una caja de cambios automática de 8 velocidades con el característico selector redondo que se esconde al apagar el motor. Como pasa en todas las cajas de cambios de 8 velocidades, tiene unas primeras marchas cortas y una séptima y octava muy largas para reducir el consumo de combustible en autovía. El cambio siempre elige la marcha adecuada y es rápido y suave consiguiendo que los cambios apenas sean perceptibles.
Si quieres hacer una conducción más agresiva, sin llegar a ser deportiva, puedes seleccionar el modo sport. En este modo la caja de cambios apura algo más las marchas con lo que el sonido del motor cobra más protagonismo. Además, el cambio también puede manejarse con las levas situadas detrás del volante en una posición muy cómoda y accesible. Aún en modo sport y con el cambio en posición secuencial, el coche no te permite apurar las marchas al máximo ya que como pasa en todos los secuenciales, la caja cambia sola a una marcha superior cuando se acerca el corte de inyección.
El Jaguar XF Sportbrake pesa 90 kilos más que la variante berlina. Para soportar esta diferencia de peso del conjunto, y la posible carga a la que un usuario de un brake de estas características puede someterlo, se ha sustituido la clásica suspensión trasera de muelles helicoidales por una suspensión neumática autonivelante. Las suspensiones del Jaguar XF Sportbrake quizás pequen de ser demasiado blandas pero resultan eficaces. Para tratarse de un coche de estas dimensiones, el Jaguar XF Sportbrake no tiene un excesivo balanceo en curva. Jaguar casi ha llevado a la perfección el equilibrio entre comodidad y eficacia.
En la primera parte de la prueba ya comentamos que el Jaguar XF Sportbrake no está disponible en tracción integral por lo que todos son tracción trasera. En curva tiene el comportamiento propio de este tipo de coches y con una conducción tranquila se muestra ágil, suave y confortable. Si se le aprietan las tuercas, muestra un ligerísimo subviraje, algo normal con el tamaño y peso del coche.
Hasta ahora todo han sido alabanzas hacia el Jaguar XF Sportbrake, pero si hay que ponerle una pega a este señorial familiar, sin duda es la dirección. Resulta cómoda para maniobrar con este gigante, pero en carretera es demasiado asistida y poco informativa.
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Hasta ahora, cuando alguien quería comprar un familiar Premium del segmento D estaba condenado a adquirir un coche alemán ya que este segmento estaba hasta ahora limitado al Audi A6 Avant, el BMW Serie 5 Touring y el Mercedes Clase E Estate. El Jaguar XF Sportbrake ha llegado al mercado para plantarles cara a los rivales alemanes.
La versión que hemos probado cuenta con un motor diésel de 2.2 litros y 200Cv que con un cambio automático de ocho velocidades no pondrá en aprietos a un chasis muy equilibrado. Dinámicamente, el Jaguar XF Sportbrake es un coche de autovía con el que apetece devorar kilómetros y kilómetros gracias a su alto nivel de confort.
Estamos ante un familiar con vocación viajera en el que se respira lujo por todas partes. Cuenta con un habitáculo muy acogedor y con un alto nivel de calidad y acabados. Es suficientemente amplio para que cinco personas viajen con comodidad y puedan llevar equipaje gracias a sus 550 litros de maletero.
Por todo ello, el Jaguar XF Sportbrake se convierte en la opción ideal para quien desee un coche elegante, exclusivo y con gran capacidad pero que también sea cómodo y consuma poco.
A favor y en contra:
- A favor: aspecto, confort, consumo y nueva alternativa en el segmento.
- En contra: dirección demasiado blanda y piso de carga elevado.Motor:
- Cilindros: 4
- Cilindrada: 2.179 cc
- Potencia máxima: 200Cv a 3.500 rpm
- Par máximo: 450Nm a 2.000 rpm
- Transmisión: automática de 8 velocidades
- Tracción: trasera
- Combustible: diéselPrestaciones:
- Velocidad máxima: 214 km/h
- Aceleración de 0 a 100 km/h: 8’8 segundos
- Consumo urbano: 7 litros / 100 km
- Consumo interurbano: 5’1 litros / 100 km
- Consumo medio: 6’3 litros / 100 kmMedidas:
- Peso en vacío: 1.825 kgs.
- Medidas (longitud / anchura / altura): 4.966 mm / 1.877 mm / 1.480 mm
- Batalla: 2.909 mmPrecio:
- Jaguar Xf Sportbrake: desde 50.849€
- Unidad probada: 67.726€