El Land Rover Discovery 4 es uno de los vehículos más versátiles y polivalentes del mercado, y por ello era quizás el modelo de toda la gama Land Rover que más ganas teníamos de poner al límite. El que nos ocupa es la 4ª generación de un vehículo que destaca por el refinamiento y el lujo que desprende así como por un comportamiento exquisito en cualquier terreno gracias a sus potentes motores y a sus cualidades dinámicas. La versión que hemos conducido en esta prueba offroad ha sido la diesel SDV6 bi-turbo con 3 litros de cilindrada en configuración V6 y 245Cv de potencia que le brindan unas prestaciones asombrosas.
Refinamiento y lujo con cualidades offroad formidables
Aunque guarde mucho parecido en formas y diseño con su predecesor, el Discovery 4 no es una actualización del modelo anterior, sino uno totalmente nuevo. Por ejemplo, el 70% de las piezas empleadas en su fabricación son nuevas. Al observar el exterior, lo que más llama la atención es el frontal, un calco del que luce el Range Rover Sport. Ahora bien, esto le va genial al Discovery 4 dado que aunque solo sea por asociación de ideas le hace subir de categoría y le dota de un dinamismo que generaciones anteriores no tenían.
Pudimos probar las versiones SE y HSE, esta última es la tope de gama. La configuración del salpicadero es muy simple y aunque esto pueda parecer un inconveniente, a es todo un acierto, ya que en modelos anteriores la existencia de multitud de botones hacía muy incómoda la conducción y el manejo del Discovery. Por lo demás, en su interior se respira un ambiente más propio de una berlina de lujo que de un 4×4. Si hablamos de lujo y confort, el Discovery le pisa los talones al Range Rover Sport. Recordemos que ambos comparten misma plataforma y mecánica.
245 Cv de lujo polivalente
En cuanto a su mecánica, el V6 es muy suave y demuestra un gran empuje desde un muy bajo régimen de giro, no en vano dispone de la impresionante cifra de 600Nm a 2.000 rpm. Al contrario que en la versión de acceso, esta motorización sólo se comercializa con cambio automático de 6 velocidades.
Por carretera, el Discovery 4 tiene un comportamiento muy bueno pese a la apariencia imponente de su carrocería y a los 2.583 kg que pesa en vacío. En curvas, los balanceos se contienen hasta el punto de pasar prácticamente desapercibidos aunque las leyes de le física obliguen a la existencia de algunas inercias.
De todas formas, el grado de estabilidad y confort del Discovery 4, teniendo en cuenta sus características, es sobresaliente. A ello ayuda muchísimo la suspensión neumática que filtra muy bien los baches para alegría de los ocupantes y nos da unos centímetros adicionales de distancia al suelo cuando queremos afrontar algunos pasos complicados si decidimos salir del asfalto.
Como no podía ser de otra manera, también cuenta con el afamado sistema Terrain Response que ayuda muchísimo a su conducción off-road. Su uso es tan fácil como ir girando el dial selector hasta seleccionar el tipo de terreno por el que circulamos. También se puede seleccionar entre marchas cortas o largas así como elevar la altura al suelo en 12,5 cm con solo pulsar un botón. Todo ello junto al cambio automático hace que hasta los más inexpertos puedan disfrutar, y mucho, de la conducción off road pues prácticamente solo tiene que ocuparse del volante. El control de descenso de pendientes es otra ayuda electrónica que se suma al Terrain Response. Si hubiera que destacar dos cualidades de su conducción por campo, sin duda serían su profundidad de vadeo de 70cm y sus ángulos, tanto de ataque como de salida.
Sin duda, el Discovery 4 es un vehículo excepcional para su uso fuera del asfalto, para prueba alguna de las fotos en las que queda probado como disfrutamos llenándolo de barro. Pero en esta generación llega la sorpresa porque en carretera, el Discovery 4 se muestra estable, con menos balanceos de carrocería de los que a priori cabría esperar y con una precisión en la trazada que da confianza. La suspensión neumática independiente es tremendamente eficaz y eso no solo se agradece al volante, también como pasajero.