El jueves pasado, Motor3Punto0.com tuvo el placer de asistir a la presentación de un nuevo modelo que revolucionará la marca BMW en un futuro muy próximo. Se trata del BMW i3, el primer coche totalmente eléctrico de la marca de Múnich, del que ya se aceptan pedidos y que hemos podido contemplar en persona. Iniciamente, sólo 9 concesionarios de la marca en España han sido elegidos para poder distribuir los productos de la nueva submarca i, entre ellos Triocar Gijón. El evento consistió en una bonita presentación, en la que los efectos de luces azules y blancas hacían las delicias del público invitado por el concesionario acompañando a dos unidades del i3 ocultas por una tela blanca, que al tener sus luces LED encendidas daban una imagen ciertamente bella de la silueta del coche.
Tras las pertinentes intervenciones de los responsables del concesionario y uno de los consejeros de BMW España donde explicaron algunas de las características técnicas del nuevo automóvil, además de un pequeño espectáculo de danza, las telas fueron retiradas y los BMW i3 quedaron a la vista de todos los asistentes. La primera impresión que nos dio el coche fue ciertamente positiva. Se trata de un vehículo de 4 metros exactos de longitud con un aspecto realmente compacto, a caballo entre el segmento B y C. Del aspecto exterior podemos destacar su morro elevado que mantiene la característica parrilla partida de BMW, las grandes llantas de 19 pulgadas (de un ancho de tan sólo 155 milímetros, lo que asegura una alta eficiencia debido a la menor resistencia al avance) o la forma de la trasera, con un maletero no excesivamente grande pero que entra dentro de lo esperable dentro de un vehículo de su tamaño.
Sus cuatro plazas homologadas son realmente cómodas y amplias a pesar del reducido tamaño exterior del coche, y en el caso de las traseras se accede a través de una puerta de apertura “suicida”, ya que el coche no posee pilar B. Los materiales empleados en su interior, como la madera de eucalipto o la tela de los asientos y el techo, son de una calidad excepcional; lo esperable en un vehículo de gama premium como éste. La posición de conducción, algo elevada, garantiza una excelente visión periférica.
En el apartado técnico, BMW divide el coche en dos partes, el módulo Life y el módulo Drive. Básicamente se trata del habitáculo y el chasis de aluminio, donde se alojan las baterías justo debajo de los asientos. Lo más destacable del coche es que su estructura está fabricada en fibra de carbono combinada con polímeros, algo hasta ahora reservado a vehículos de competición como los Fórmula 1, mientras que los paneles exteriores son también de aluminio. El objetivo es claro: reducir el peso al máximo para aumentar la autonomía, cosa que consiguen con creces con un peso declarado de sólo 1195 kilogramos en vacío. Una cifra impresionante si tenemos en cuenta que la mayoría de compactos de su tamaño superan ese peso holgadamente y que además el i3 se ve lastrado por el peso de las baterías. También destacar que el coche no precisa de soldaduras: todos sus componentes se unen mediante un nuevo adhesivo desarrollado expresamente, que además de reducir el peso y aumentar la rigidez del conjunto permite emplear en la construcción del coche mucha menos cantidad de agua y electricidad. Sostenibilidad como concepto básico, que se ve completado por el hecho de que el 95% de los materiales del coche son completamente reciclables.
El grupo motriz se compone de un motor eléctrico de nada menos que 170 caballos y un par prácticamente constante desde 0 rpm de 250 Nm, lo que combinado con su peso liviano da lugar, según técnicos de la marca, a prestaciones sorprendentes: las cifras de recuperación entre 80 y 120 kilómetros por hora son exactamente iguales que las de un BMW M3. En opción, puede equipar en la parte trasera un pequeño y eficiente motor bicilíndrico de gasolina encargado de aumentar la autonomía hasta unos 340 kilómetros, más que suficiente para el día a día. La autonomía estándar, sin el motor de combustión, se sitúa entre los 130 y los 200 kilómetros dependiendo del estilo de conducción y la orografía. La recarga del coche se realiza mediante un conector del tipo Mennekes estándar en Europa y tarda entre 6 y 8 horas en un enchufe estándar. También dispone de modo de recarga rápida, para lo que se hace necesaria la instalación en el garaje de un Wallbox que aumenta la intensidad de la corriente y permite cargar el 80% de la batería en media hora.
Por supuesto, estamos ansiosos de comprobar todas sus bondades en una prueba a fondo que con toda seguridad realizaremos pese a la larga lista de espera que existe. Amablemente los empleados de Triocar Gijón, a los que agradecemos desde aquí su gran predisposición y la presentación en general, contestaron una a una todas las cuestiones técnicas que les planteamos y nos ofrecieron una prueba que aceptamos encantados, por lo que contaremos las sensaciones que emanan de la conducción eléctrica premium próximamente y daremos muchos más detalles técnicos.
Haciendo un pequeño offtopic, damos las gracias también a los empleados por permitirnos contemplar una joya que se vislumbraba desde el exterior de las instalaciones en la planta superior, fuera de la vista de los asistentes. Ni más ni menos que un BMW 2002 Turbo de color gris fabricado en 1974, toda una reliquia de la que se construyeron sólo 1700 unidades en su día y que se hallaba prácticamente en estado de colección. Todo un clásico de la marca alemana y un deportivo de armas tomar en su época, al que la crisis del petróleo le cortó las alas.