Hay un aura especial que envuelve a todos los 911. Un deportivo que ha ido a la cabeza de la técnica a lo largo a lo largo de los años, consiguiendo sorprender a todos mejorando lo casi perfecto. Porsche celebra éste año el 50 aniversario del 911, y quieren como es obvio construir el mejor 911 que se haya fabricado jamás. Estamos hablando ya no de la nueva generación 991 que nos acompaña desde el año pasado, sino de algunas se sus versiones más extremas, las denominadas 911 Turbo y 911 Turbo S, de las cuales ya vimos un anticipo en marzo en el Salón del Automóvil de Génova.
El 911 Turbo (991) es, como todos sus predecesores, un automóvil deportivo de propulsor trasero y en éste caso con tracción a las 4 ruedas. Es movido por un clásico motor de 3.800 centímetros cúbicos, de 6 cilindros opuestos y doble sobrealimentación por turbocompresores de geometría variable VGT, lo cual lo hace único entre los motores de gasolina ya que es la primera vez que se usan geometrías variables con este tipo de alimentación. La potencia oscila entre los 520 caballos del Turbo y los 550 del Turbo S, obtenidos por una mejora en la gestión electrónica de la unidad. También se ha adelantado su tiempo eliminando por completo la posibilidad de montar una clásica caja de cambios manual, existiendo solamente la opción de una semiautomática de doble embrague PDK, mucho más rápida y eficiente pero que elimina el romanticismo que algunos sienten por las cajas manuales y el hecho de tener que accionar el embrague con el pie.
Lo más sorprendente de todo es que a pesar de ser un buen paso adelante en cuanto a prestaciones respecto a la anterior generación, se ha conseguido aumentar la eficiencia global del coche, homologando un consumo mixto de 9.6 litros a los 100, un 16% menos que antes, lo cual asegura también unas menores emisiones contaminantes. Todo ello mientras consigue una velocidad punta de 318 kilómetros por hora gracias a la aerodinámica activa, o realiza un sprint de 0-100 en 3.2 segundos en el caso del Turbo (prestación exactamente igual que el Turbo S de anterior generación) o limando una décima mas en el caso del Turbo S para situarse en 3.1 segundos.
También cabe destacar que los nuevos Turbo incorporan el ya estrenado sistema de dirección en las ruedas traseras visto en la anterior generación, que permite girar las ruedas posteriores en un pequeño ángulo, bien en el mismo sentido, bien en sentido contrario según convenga, y así aumentar la agilidad del coche en curvas de todo tipo. La aerodinámica activa denominada Porsche Active Aerodynamics o PAA se resume en un alerón trasero y un spoiler delantero, los dos móviles, que pueden adoptar tres posiciones diferentes en función de las necesidades dinámicas instantáneas del coche, permitiendo así lograr un efecto aerodinámico demostrado, ya que el coche es dos segundos por vuelta más rápido rodando en el circuito de Nürburgring Nordschleife equipando dicho sistema.
En el apartado de los extras y las chucherías, encontraremos lo habitual en Porsche: una lista interminable de gadgets que disparan el precio aún más pero que pueden convertir un deportivo de armas tomar en un rapidísimo palacio rodante. Entre ellos se cuentan en el apartado dinámico el paquete Sport Chrono para el 911 Turbo, de serie en el Turbo S, que incluye frenos cerámicos y el sistema de control de balanceo del chasis PCCS, luces delanteras LED, equipo de sonido opcional Burmester, infinidad de tejidos y colores en la tapicería a elegir y un largo etcétera.
¿Su precio? Inalcanzable para la mayoría, desde los 186.093 euros del 911 Turbo hasta los 223.967 euros para el 911 Turbo S. Al menos Posche ha sido benevolente con los que no podemos permitírnoslo y nos ha dejado un genial vídeo donde apreciar la belleza de éste coche. Disfrutad.