La 41º edición del Gran Premio AvD de Clásicos que se celebra en Nürburgring este fin de semana espera congregar a más de 60.000 espectadores y Opel no quiere desaprovechar este afamado evento para exhibir sus 20 coches de carreras que han otorgado a la marca numerosos éxitos a lo largo de los 110 años de historia de competición de la firma alemana. Ya sean coches de Gran Premio, Rally o Turismos, el recorrido por la historia de Opel y su huella en el mundo de la competición automovilística durante más de un siglo, alberga a vehículos que llevaban la marca con la clásica caligrafía de Opel y, posteriormente, con el renovado blitz en la parrilla delantera.
De la competición actual estarán presentes en Nürburgring, este fin de semana, el nuevo Astra OPC del campeonato de Resistencia VLN y el ADAM Rally Cup, participante en el ADAM Rallye Master. El sábado, el Dr. Karl-Thomas Neumann, miembro de la alta dirección de Opel, se unirá a la acción y pilotará el Rekord C, apodado “Viuda Negra”, en unas vueltas de exhibición en el mítico Infierno Verde.
Remontándonos al inicio de la competición automovilística y a la incorporación de Opel en este mundo, encontramos el legendario coche de carreras Opel Racing Car de 1903. Esta veterana máquina de competición, en sus inicios, ya equipaba un diferencial Cardan en el eje trasero; mientras que, transcurridos diez años, ofrecía elementos técnicos muy destacados como árbol de levas y cuatro válvulas por cilindro, lo que le permitía propulsarse a velocidades de hasta 170 km/h. Sólo un año después llegó el monstruoso motor de 12.3 litros y 260 CV que alcanzaba una velocidad máxima, entonces desconocida, de 228 km/h. Por ello, fue apodado como “Monstruo Verde”, especialmente cuando se celebraban carreras en las rectas interminables de las playas desiertas.
En el ámbito de la competición en tierra y asfalto, los rallyes, el referente dentro de esta competición fue el Opel Ascona, especialmente con Walter Röhrl al volante, conquistando el Campeonato de Europa con un Ascona A en 1974 y el Campeonato del Mundo de Rallyes con un Ascona 400 en 1982.
La década de los 90 fue un cúmulo de éxitos para Opel en las carreras de circuitos, siendo el Calibra Cliff la estrella dentro de esta categoría. Manuel Reuter otorgó a la firma alemana el Campeonato Internacional de Turismos de 1996 a los mandos de un Calibra de tracción total de la división 1. El Opel Calibra V6 dominó por encima de sus competidores más directos, Alfa Romeo y Mercedes, que estaban equipados con tecnología de la Fórmula 1.
Finalmente, los años 60 y 70 fueron las décadas doradas de los preparadores, convirtiendo coches deportivos de serie en fabulosas máquinas de carreras. Las estrellas de esta época eran el Opel Commodore A de Klaus Steinmetz, dos Opel GT de Virgilio Conrero y el Opel GT más potente de la historia con 280 CV, preparado por el rey de los motores, Ulrich Gerent.