Cuando se realiza la compra de un coche, normalmente disponemos de varias opciones a la hora de elegir entre diversos modelos de llantas y medidas de neumáticos. La tendencia actual ha ido claramente hacia el incremento de su tamaño hasta unos niveles ridículos, y aunque siempre tenemos la opción de escoger la llanta de menor diámetro, lo cierto es que la medida del neumático suele venir impuesta por el fabricante.
Un ejemplo es el último crossover de Nissan. Si posees un Juke 1.5dci de 110 CV, observarás que la medida que trae de fábrica es 215/55 R17, un neumático a todas luces exagerado para la concepción y capacidad del coche. El aplomo que te sorprende en tu utiliario tiene un precio que puede llegar a los 600€ cuando toque cambiar las 4 ruedas. Por esto, las medidas de fábrica son un factor a tener en cuenta a la hora de adquirir un vehículo.
Un problema de este gigantismo de las ruedas es que se ha extendido hacia el resto del vehículo, dando lugar a coches diseñados con unos pasos de ruedas que sí, dan una imagen muy musculosa pero que hacen que, medidas que hace sólo unos años eran normales, hoy en día se vean desproporcionadas con el resto del coche, casi obligando al comprador a montar medidas mayores sólo para que el conjunto luzca. Incluso versiones supuestamente destinadas a ofrecer mayor polivalencia fuera del asfalto exhiben medidas dignas de deportivos.
Al final, la estética importa, y optamos por unas bonitas llantas de gran diámetro montadas sobre unos atractivos neumáticos de perfil bajo. Este tipo de llanta puede ser un componente de nuestro vehículo que lo condicionará de forma negativa: gomas de perfil bajo y gran anchura se traducen en mayor ruido de rodadura y consumo, son neumáticos que filtrarán menos las irregularidades del asfalto y que por supuesto, tienen un coste mayor. Un neumático de estas características tiene sentido en un coche pensado en las prestaciones, donde los factores negativos antes mencionados pasan a un segundo plano en pro del comportamiento deportivo, pero llama la atención verlos en utilitarios, que carecen del chasis y potencia necesarios para sacarles partido, como ejemplo el Opel Adam de la foto principal del artículo que monta un 1.4 de 100Cv.
Además de lo irracional de este tipo de medidas en vehículos del segmento A, en este caso cabe destacar el código de velocidad. La V corresponde a un límite de 240 km/h cuando la ficha técnica del Adam con ese motor señala una velocidad máxima de 185 km/h. En comparación y dentro de la misma marca, el monovolumen Zafira Tourer, del segmento D, equipa unas gomas 215/60 R16, mucho más racionales.
Por último, poniendo las cosas en perspectiva, el Porsche Boxster de primera generación (1996-2004) con 204 CV venía con neumáticos 205/55 R16 (Delante) y 225/50 R16 (Detrás). Viendo la evolución que han sufrido las llantas y neumáticos de serie cabe preguntarse: ¿Es algo que demanda el público, o son los fabricantes los responsables de esta tendencia? ¿Volveremos a ver medidas de neumáticos de años anteriores?