En los últimos tiempos estamos viendo como casi todas las marcas desarrollan un gran número de variantes a partir de sus modelos y el BMW Serie 6 no podía ser menos. La marca alemana ha alargado la carrocería del Serie 6 para poder añadirle dos puertas traseras y construir un impresionante coupé de 4 puertas, el Serie 6 Gran Coupé. Concretamente, para esta prueba nos hemos puesto al volante del BMW 640d Gran Coupé que cuenta con un motor diésel de seis cilindros y 313 Cv.
El BMW 640d Gran Coupé ha llegado al mercado después de que Mercedes “descubriera” este nicho de mercado con el CLS y de que las otras alemanas lanzaran el Audi A7 y el Porsche Panamera. El Serie 6 Gran Coupé ha sido el último en llegar a esta apasionada batalla pero por ello ha podido aprender de algunos errores de sus rivales. ¿Estará a la altura?.
Estamos ante un vehículo que además de por su tamaño, llama la atención por su exclusividad y por su espectacular diseño. Durante la semana que ha durado la prueba, hemos sido el foco de muchas miradas y también de algunos comentarios alagando la belleza del coche. Estamos 100% de acuerdo, simplemente es precioso. El BMW 640d Gran Coupé cuenta con un diseño muy afilado y deportivo, no en vano cuenta con un coeficiente aerodinámico de 0’29.
La parte delantera es prácticamente igual que en la versión 2 puertas y está presidida por la característica parrilla de BMW. En la vista lateral es donde se aprecia el fantástico trabajo de los diseñadores de BMW para conseguir alargar la carrocería sin que parezca un postizo añadido. Se ha mantenido el ángulo de caída del pilar C, pero al alargar la carrocería éste se ha retrasado para premiar el confort de las plazas traseras. Las cuatro puertas no cuentan con marco para las ventanas, algo muy común en Coupés de 2 puertas pero que puede chocar algo más en un 4 puertas.
Más longitud y distancia entre ejes para añadir las dos puertas traseras
En la zaga del BMW 640d Gran Coupé encontramos los mismos pilotos alargados y la doble salida de escape que en la versión 2 puertas. La luz de freno se sitúa sobre la luneta trasera y ocupa toda la anchura del vehículo, algo que le da personalidad y un toque distintivo.
La distancia entre ejes ha crecido en más de 11 cm y la longitud total en casi 12 cm para dar cabida a las dos puertas traseras. Así, el BMW 640d Gran Coupé sobrepasa levemente los 5 metros de longitud y entra a formar parte de un selecto club de coches “grandes”. Los beneficiados de este aumento de tamaño son los ocupantes de las plazas traseras que ahora pueden viajar cómodamente en un BMW Serie 6. No pasa lo mismo con la capacidad del maletero, ya que se mantiene en los mismos 460 litros que en la versión de 2 puertas. Además, el reducido tamaño del hueco de carga dificulta introducir objetos grandes.
Con más espacio en las plazas traseras es rival de las grandes berlinas
Al abrir la puerta del BMW 640d y adentrarnos en su habitáculo es cuando nos damos cuenta de la verdadera diferencia con respecto a sus hermanos Coupé y Cabrio. Estamos ante un Gran Coupé que por habitabilidad y tamaño puede plantarle cara a berlinas de representación como el BMW Serie 7 o el Mercedes Clase S. Para facilitar el acceso de los ocupantes se ha aumentado levemente la altura del techo y aunque no es mucho el espacio ganado en altura, la diferencia se nota bastante.
Los asientos delanteros son extremadamente cómodos, envolventes y con innumerables regulaciones eléctricas. Pero son exactamente iguales que los de la versión coupé y ello implica que integran el cinturón de seguridad, algo necesario en coupés y cabrios que no cuentan con pilar B pero que en este coche quedaría más a mano en la posición tradicional.
El salpicadero está levemente orientado al conductor como es característico en BMW y pese a la enorme distancia que puede haber entre el conductor y algunos mandos, todos están a mano y cuentan con una ergonomía excepcional. Solo quedan algo escondidos los controles que se encuentran bajo el mando de luces delante de la rodilla izquierda del conductor, aunque es cierto que se utilizan poco ya que son para activar o desactivar algunos sistemas como el de advertencia de cambio de carril.
En cuanto a la calidad de acabados y materiales, el BMW 640d Gran Coupé es impecable. El cuero es de un tacto muy agradable, los plásticos encajan a la perfección y se ha prestado una atención máxima en los detalles.
Las plazas traseras están divididas por un túnel central en el que encontramos los mandos para que sus ocupantes puedan manejar de manera independiente el climatizador. Este túnel puede hacer pensar que nos encontramos ante un 4 plazas, pero el BMW 640d Gran Coupé cuenta con 5 plazas homologadas y de ello nos damos cuenta al descubrir el cinturón de seguridad central que se oculta a la perfección cuando no es necesario. Esto es una gran baza frente a rivales como el Mercedes CLS que solo puede albergar a 4 ocupantes. Lógicamente, la plaza central no es la más cómoda pero es perfectamente utilizable.
Motor diésel biturbo con 313Cv de potencia y consumos de risa
Llega el momento más esperado de la prueba, arrancar el seis cilindros que tenemos bajo el capó y saber de lo que es capaz este BMW 640d Gran Coupé. Esta versión cuenta con un propulsor diésel biturbo de seis cilindros en línea que desarrolla una potencia máxima de 313Cv y un par de 630 Nm que le hacen acelerar de 0 a 100 km/h en 5’4 segundos. Está acoplado a una caja de cambios automática de ocho velocidades que puede controlarse desde las levas del volante y que se muestra muy rápida y precisa en los cambios.
En la consola central encontramos un selector en el que podemos elegir entre varios tipos de conducción: ECO PRO, CONFORT, SPORT y SPORT+. En el primer modo algunas regulaciones como el tacto del acelerador y el climatizador se configuran para favorecer un consumo reducido de combustible y vaya si lo consigue. Si hace algún tiempo me dicen que un deportivo de 313Cv y unas prestaciones semejantes puede llegar a consumir menos de 6 litros de diésel a los 100 kms, no me lo hubiera creído. Cuando vamos pasando a los siguientes modos de conducción, el comportamiento del coche se va volviendo más “racing” favoreciendo una conducción más dinámica y deportiva.
En el modo SPORT+, el coche sufre una enorme transformación y lo que hasta ahora podía interpretarse como una berlina diésel con aires de coupé pasa a convertirse en un auténtico deportivo capaz de arrancar una sonrisa a los conductores más experimentados. Se desconectan gran parte de los sistemas de estabilidad, los demás se vuelven mucho menos intrusivos, la dirección es mucho más directa, las marchas se apuran al límite de la “zona roja” y el motor cuenta con una reacción mucho más rápida y explosiva. Sinceramente, el BMW 640d Gran Coupé es dos coches en uno, uno muy utilizable a diario por confort, capacidad y consumos y otro capaz de plantar cara a muchos deportivos del mercado.
Dos coches en uno: berlina de lujo y deportivo más que digno
En autovías y a velocidades de crucero legales, el confort y aplomo es máximo por lo que es un coche muy útil para realizar viajes largos sin sufrir fatiga ni cansancio. A esto también ayuda el absoluto silencio de marcha que se ha conseguido gracias a un excepcional trabajo de insonorización del habitáculo y al silencioso motor diésel que por sonido a veces llega a parecer un gasolina. Personalmente, el sonido del bloque ha sido una de las cosas que más me ha gustado del BMW 640d Gran Coupé ya que a bajas revoluciones el ruido es inexistente, pero cuando decides apretarle las tuercas sus dos turbos comienzan a soplar y te convencen de que a veces una mecánica de gasolina es innecesaria.
Al salir de vías rápidas y adentrarnos en carreteras viradas, el BMW 640d Gran Coupé vuelve a transformarse y gracias a los 630 Nm de par que están disponibles desde las 1.500 rpm tiene un empuje brutal en la salida de cada curva con independencia de la velocidad. No hace falta ir al límite, la simple sensación de aceleración y fuerza cada vez que sales de una curva te hace disfrutar muchísimo al volante de este coche de más de 5 metros.
Pero si decides aprovechar al máximo los arcenes y pisar el acelerador, la sensación al volante es de que el coche siempre puede más que el conductor. Te pide ir cada vez más rápido y lo mejor de todo es que lo consigues fácilmente gracias a su directa dirección, un equilibrado reparto de pesos, una firme suspensión y unos enormes frenos con discos ventilados.
Teniendo en cuenta el tamaño del coche y que pesa casi 1.800 kgs es sorprendente la velocidad de paso por curva que consigue mantener sin titubear, parece estar pegado al suelo. Incluso con los controles de tracción y estabilidad desactivados, cuando le exiges en una curva el coche mantiene la trazada y se muestra firme, algo increíble en un tracción trasera con esta distancia entre ejes.
Por si todavía no te has convencido de lo extraordinario del 640d Gran Coupé puedes estar tranquilo porque hemos guardado para el final el plato fuerte de la unidad que hemos probado: el interminable, sofisticado y avanzado equipamiento. Cuando recibimos una unidad tan equipada como esta para realizar una prueba, lo primero que solemos hacer es ir al configurador web de la marca y conocer el precio de la unidad. En esta ocasión nos quedamos con la boca abierta al ver que llevaba casi 40.000€ en extras. Para quien no se lo crea, podéis encontrar aquí un pdf con la configuración y precio exacto de la unidad.
Equipamiento de vanguardia con múltiples asistencias a la conducción
No vamos a pararnos en analizar extras u opciones que aporten una diferencia estética ya que eso entra dentro del gusto de cada persona. Pero el BMW 640d Gran Coupé que ha pasado por nuestras manos contaba con una enorme lista de sistemas y dispositivos de ayuda o asistencia a la conducción que claramente marcan la diferencia y que valen cada euro pagado.
En primer lugar está el sistema de advertencia de cambio de carril que avisa mediante una vibración en el volante antes de llegar a cambiar de carril de manera accidental, es decir, cuando nos acercamos a una línea de la calzada sin accionar el intermitente. Este sistema también advierte a través de un indicador luminoso en los espejos retrovisores de la presencia de un vehículo en el ángulo muerto. Asistente de aparcamiento que mide las plazas de aparcamiento al pasar por ellas y avisa al conductor cuando el espacio para aparcar sea suficiente, algo muy útil para un coche de este tamaño. Head-up Display a color que proyecta sobre el parabrisas todo tipo de información para no tener que apartar la vista del asfalto. Esta unidad también contaba con cámara trasera, dos cámaras delanteras y con otras dos cenitales con las que el conductor puede ver a la perfección todos los ángulos del vehículo, su utilidad es enorme en un coche de este tamaño.
Mención a parte necesita el control de crucero adaptativo con función Stop & Go. Al seleccionar una velocidad de crucero, tres sensores de radar con un alcance de 150 metros comienzan a funcionar y frenan el coche cuando la distancia de seguridad con el coche que va delante se reduce, llegando incluso a parar el vehículo por completo si es necesario. Esta distancia de seguridad también es configurable. El resultado es que en viajes largos por autovía ya no hay que pisar ni freno ni acelerador. El coche acelera hasta alcanzar la velocidad de crucero seleccionada, pero si el coche de delante frena, reduce para no alcanzarlo. Antes de frenar, avisa con un indicador luminoso de que ha detectado un vehículo por delante y si se quiere evitar el frenazo y adelantarlo basta con cambiar de carril para tener vía libre. Si en ese momento no puedes cambiar de carril y el coche se ve obligado a reducir la velocidad, cuando el obstáculo desaparezca vuelve a recuperar la velocidad inicial. Al principio puede chocar y cuesta un rato acostumbrarse y confiar en el sistema, pero el funcionamiento es impecable y la comodidad y seguridad que aporta, incalculable.
En definitiva, el BMW 640d Gran Coupé es un coche precioso, exclusivo y utilizable por comodidad y consumos. Además, en cuanto a prestaciones y sensaciones al volante no tiene nada que envidiar a puros deportivos de gasolina. ¿Estamos ante el coche perfecto? Es una pregunta muy complicada, pero desde luego sí diré que se trata del mejor coche que he conducido hasta la fecha. Pero después de escribir la última frase he encontrado quizás su único inconveniente: los 92.500€ que cuesta el modelo de serie y los 131.769€ que tendrás que desembolsar para tener una unidad como la que hemos probado. Si puedes pagarlo no lo dudes.
Nos ha gustado:
- Diseño y exclusividad.
- Altísimas prestaciones con consumos reducidos.
- Sistemas de asistencia a la conducción.
- Polivalencia y capacidad de transformación.
No nos ha gustado:
- Precio inaccesible para muchos.
- Hueco de carga del maletero
Datos técnicos
- Combustible: Diésel
- Potencia máxima: 313 Cv
- Par máximo: 630 Nm entre 1.500 y 2.500 rpm.
- Cilindrada: 2.993 cm3
- Cilindros: 6 en linea
- Aceleración de o a 100 km/h: 5’4 segundos
- Velocidad máxima: 250 km/h (autolimitada)
- Consumo medio homologado: 5’5 litros / 100 km
- Consumo medio de la prueba: 6’7 litros / 100 km
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