Ya es conocido el novedoso combustible alternativo denominado AutoGas, o GLP (Gases Licuados del Petróleo), por ser una alternativa muy atractiva en cuanto a precio e inteligente debido a la baja tasa de emisiones de CO2 que supone el uso de este combustible. Repsol acaba de inaugurar sus últimas estaciones dotadas con surtidores de GLP, lo que supone liderar el mercado del suministro de AutoGas en España, con 204 estaciones de servicio operativas, cumpliendo con el compromiso de abrir cien nuevos puntos de suministro anuales de este carburante hasta 2015.
En el mercado español encontramos ya 20.000 vehículos que utilizan AutoGas, y la tendencia va en alza, ya que el pasado mes de julio registró un aumento en el consumo de este combustible de un 23,8%, según el Ministerio de Industria. Las estadísticas muestran un crecimiento de la demanda y el uso de AutoGas en los últimos doce meses del 29%. A la potenciación del uso de este combustible ayuda el incremento de puntos de suministro que lleva a cabo Repsol, sumando a su red de estaciones con GLP más de 250 surtidores instalados en empresas con flotas de vehículos que utilizan esta modalidad de carburante.
Muchos fabricantes ya han incluido vehículos que funcionan con AutoGas entre su horquilla de modelos, por lo que tenemos disponible la posibilidad de adquirir un vehículo nuevo, incluyendo garantía, con un combustible alternativo, o podemos convertir nuestro vehículo actual a este combustible, siempre que funcione con gasolina, ya que se combina su uso con el del GLP, en los más de 500 talleres homologados en España.
En pasadas ediciones del Salón del Vehículo y Combustible Alternativos, Repsol ya se comprometió al desarrollo del AutoGas, o GLP de automoción, en años venideros. Sectores profesionales que hacen un uso intensivo del vehículo, como los taxistas, ambulancias, autoescuelas o compañías que gestionan flotas de turismos o de autobuses urbanos ya usan el AutoGas por sus beneficios medioambientales, apoyados por los planes de ayudas públicas PIVE-3 y PIMA Aire; y económicos, ya que supone un ahorro medio de al menos el 20% con respecto a los combustibles convencionales.