No es común ver un Ferrari 599 por las calles de Sevilla y quizás por ello una pareja de Policia Local decidió darle el alto. Eso y que carecía de matrícula delantera. Además, los agentes indican en el atestado que al acercarse al vehículo observaron que el conductor no llevaba puesto el cinturón de seguridad. Estos hechos que podrían haber quedado en una mera sanción económica se descontrolaron en el momento en el que el conductor, en vez de parar decidió utilizar los 620Cv que tenía bajo el pié para intentar escapar por la concurrida Avenida Ramón y Cajal.
Suponemos que el “avispado” conductor pensaría que contra su flamante Ferrari 599, el Renault Megane Scenic que conducían los agentes no tendría nada que hacer. Claro, pero no contaba con que además del monovolumen francés los agentes de la Policia Local de Sevilla contaban con una radio para pedir refuerzos a otras patrullas. Así lo hicieron y otra patrulla cortó el paso del 599 en una calle próxima.
Por si todavía no había cometido suficientes infracciones, el conductor del Ferrari 599 al ver a la otra patrulla de la Policía Local cortando el paso decidió seguir acelerando sin intención de parar, lo que hizo que el agente que la conducía tuviera que apartarse para no provocar un grave accidente que podía haber provocado daños personales. Cuentan los agentes en el atestado que cuando el Ferrari aceleró provocó un ruido ensordecedor y sólo se veía humo a su alrededor.
Por todos es sabido que excepto en películas de Hollywood, estas persecuciones nunca acaban bien y que conductores que desafían a los agentes de la autoridad de esta manera siempre tienen las de perder. Pocos metros después el Ferrari 599 se estrelló contra una fila de coches estacionados y quedó con el morro metido debajo del coche contra el que impactó, como podemos ver en la foto superior del mismo momento del incidente. Tras el impacto, el conductor intentó dar marcha atrás y volver a escapar, pero los daños sufridos se lo impidieron.
Rápidamente los agentes procedieron a la detención del conductor que además, en un primer momento ofreció resistencia. El conductor, sevillano de 40 años que responde a las iniciales de S.I.S.O. se negó a realizar las pruebas de alcoholemia al presentar claros síntomas de conducir bajo efectos de alguna sustancia y fue trasladado a dependencias policiales desde donde se le trasladó a un centro sanitario para extraerle una muestra sanguínea para la prueba de alcoholemia.
Por su parte el Ferrari 599 que está registrado a nombre de una empresa de la Comunidad Valenciana dedicada a la compraventa de vehículos de lujo, fue trasladado al depósito municipal en las condiciones que podéis ver en las fotos. Sin duda un irresponsable que no ha sabido disfrutar de la conducción de un Cavallino Rampante en el mejor mes del año para pasear por Sevilla.