Audi acaba de actualizar su gama de motores disponibles para el A4, el A5 y el Q5. Las mecánicas 2.0 TDI y 2.0 TFSI han sido renovadas para mejorar el rendimiento de los modelos e incrementar la eficiencia y el respeto por el medio ambiente.
El anterior motor de 2.0 litros TDI y 143 CV pasa a rendir 150 CV que ya ha sido estrenado en el compacto Audi A3. Esta mejora de potencia permite mantener los 320 Nm de par motor máximo que ya generaba la anterior mecánica, y están disponibles desde las 1.750 a las 3.000 rpm.
Para explicar las mejoras del nuevo motor 2.0 TDI debemos sumergirnos en términos de mecánica que pueden no ser comprensibles para todos. Se ha prestado especial atención a la reducción de la fricción. Los árboles de equilibrado están alojados sobre rodamientos, y los árboles de levas giran sobre cojinetes de agujas. El bloque de cilindros y la culata disponen de circuitos de refrigeración independientes, cada uno de ellos con su propia bomba de aceite, de forma que en la fase de calentamiento sólo está activo el circuito de la culata, con el objetivo de conseguir la temperatura óptima lo antes posible.
El radiador del aire de sobrealimentación del nuevo 2.0 TDI de Audi está integrado en el colector de admisión, una solución que permite unos recorridos cortos de los gases y una elevada calidad de regulación de la temperatura. El nuevo sistema de recirculación de los gases de escape de baja presión es muy compacto y está concebido para minimizar las pérdidas de los propios gases.
Por otra parte, el sustituto del 2.0 TFSI que generaba 211 CV pasa a rendir 225 CV, sin verse afectado el consumo de combustible y cumpliendo la normativa de emisiones EU6. En el caso del Audi A4 2.0 TFSI con cambio manual de 6 velocidades, rebaja en una décima la aceleración de 0 a 100 km/h, reduce en medio litro el consumo, lo que lo deja en 5,9 litros a los 100 km y registra unas emisiones de CO2 de 138 g/km.
El nuevo 2.0 TFSI ya se ha estrenado en el renovado Audi Q5. Alcanza los 350 Nm de par motor máximo a partir de las 1.500 rpm y hasta las 4.500 rpm, punto en el cual ya entrega la totalidad de sus 225 CV. De nuevo vamos a explicar algunas de las mejoras que incorpora este motor, lo que supone más términos y palabras técnicas. Lo más destacado es la nueva inyección indirecta que complementa a la inyección directa FSI, entra en acción tanto en el arranque como en elevados regímenes de revoluciones.
La gestión térmica del motor ha sido optimizada permitiendo que el aceite del motor alcance la temperatura óptima lo antes posible y ajusta la temperatura del líquido refrigerante para conseguir la mejor relación entre una mínima fricción y un elevado rendimiento termodinámico. Para incrementar el rendimiento, se ha instalado un nuevo turbocompresor que incluye una actuador eléctrico de descarga, lo que incrementa la respuesta del motor, haciéndolo más espontáneo.
Estos dos nuevos motores, el 2.0 TDI 150 CV y el 2.0 TFSI 225 CV se incorporan a la gama de motorizaciones disponible en el Audi A4 berlina, Avant y Allroad; en los A5 Coupé, Sportback y Cabrio, así como en el Audi Q5, en cuyo caso el 2.0 TDI se ofrece con tracción delantera o con tracción a las cuatro ruedas quattro.