Land Rover está poniendo toda la carne en el asador con su nueva generación de Range Rover. Si en las primeras generaciones el Range Rover se caracterizaba por ser uno de los mejores todoterrenos del mundo, pero que a la vez pecaba de un diseño algo tosco y sin refinar, ahora es todo lo contrario. Sin perder ni un ápice de su capacidad off-road, Land Rover ha experimentado un cambio radical en cuanto a los diseños exteriores e interiores y la calidad de rodadura, consiguiendo uno de los diseños más atractivos y agresivos del mercado. Todo ello con un marcado carácter premium y con efectivas ayduas a la conducción, que hacen de él un gran SUV a la vez que un rival difícil de batir fuera de la carretera. Land Rover actualiza para 2014 varios aspectos de su oferta que detallaremos a continuación.
Las ayudas a la conducción son uno de los apartados más renovados. Entre ellos, un novedoso sistema de aparcamiento que permite aparcar casi en cualquier situación, ya sea en batería o en paralelo, además de ayudar también a la hora de volver a poner en circulación el coche. El sistema también es capaz de vigilar cualquier objeto susceptible de ser golpeado mientras aparcamos en un ángulo de 360 grados, con lo que aparcar se convierte prácticamente en un videojuego, ya que el sistema nos avisa de cualquier desvío, o simplemente aparca de forma autónoma mientras apartamos las manos del volante. Otros gadgets destacables son un control de velocidad adaptativo, un sistema de detección de tráfico mientras circulamos marcha atrás o un asistente de remolque mediante cámaras que nos ayuda a enganchar el mismo sin necesidad de apearnos del coche.
En el área de diseño exterior, Land Rover ofrece a sus clientes un pack denominado Black Design, y que como su nombre indica añade partes en negro a distintas partes de la carrocería, como los retrovisores, la calandra, los logotipos o las tomas de aire, que ciertamente le dan un aire aún más agresivo que la decoración de serie sin parecer excesivamente recargado. Completan el conjunto unas llantas opcionales de nuevo diseño en 21 o 22 pulgadas con sus tuercas también acabadas en negro mate. Éste pack puede ser combinado con las líneas de equipamiento Vogue y Autobiography, las más elevadas dentro de la gama. En el interior, el mismo pack incluye la regulación eléctrica superior de los asientos y la ampliación de las pantallas LCD de infoentretenimiento de la zona trasera hasta las 10,2 pulgadas, todo ello de forma opcional.
Pero la parte más interesante de las novedades está en los propulsores. Un nuevo V8 diésel de 4,4 litros de cubicaje es la joya de la corona, ya que con 340 caballos de fuerza y sólo 169 gramos por kilómetro de emisiones, que unido a unos excelentes 700 Nm de par máximo convierten al Range Rover en un devorador de pendientes pronunciadas y zonas de poca adherencia, ayudado por su transmisión automática ZF de ocho velocidades. La gama la completan, en diésel, los 3.0 SDV6 en dos sabores, 258 caballos para el más básico y 292 para el superior, a la vez que un híbrido, el primero de la marca, que combina el motor de 292 caballos con un eléctrico de 35 kW, suponiendo una potencia total de 340 caballos y 700 Nm de par con un consumo medio de 6,4 litros a los 100, idénticas cifras que en el motor 4,4 V8. Por el lado de la gasolina, un único motor V8 sobrealimentado por compresor eroga unos brutales 510 caballos, para los conductores más deportivos.