En la primera parte de esta guía para coches eléctricos hemos visto que el principal motivo por el que este tipo de vehículos se ven poco por nuestras carreteras son los elevados costes iniciales, mitigados en la actualidad gracias a subvenciones del Estado y de fabricantes. Siguiendo con los problemas a los que se enfrenta el comprador de un coche eléctrico, sentimos que no basta con tener el dinero disponible, con subvención o sin ella, el espacio en el garaje o un segundo coche para los viajes largos. A menudo es el propio fabricante, su red de concesionarios y vendedores y la escasa publicidad los que limitan las ventas de estos vehículos.
Dos ejemplos: sabemos que llegará a España el Ford Focus Electric, con un precio a partir de 39.000 euros y una autonomía, según la marca, de 162 km, pero lo cierto es que no se sabe cuándo estará disponible y sólo dos concesionarios se encargarán, por el momento de su venta y servicio post-venta, situados en Madrid y Barcelona. Si no resides cerca de dichos puntos de venta y quieres adquirir un Focus Electric tendrás que ponerte en contacto con Ford España.
En cuanto al Toyota Prius, no tendremos problema en adquirir uno híbrido, pero si buscamos su versión Plug-in la cosa cambia. Preguntando en un concesionario por él, nos encontramos con que no tenían unidad de prueba, ni de exposición, ni tan siquiera un catálogo, a pesar de haber vendido una unidad de dicho modelo.
Otro handicap de los coches eléctricos, es que debido a su concepción y a las limitaciones de las baterías utilizadas hoy en día, su uso se restringe a los desplazamientos urbanos, por lo que estamos hablando de un “segundo coche“. Aventurarnos a salir de la ciudad con él supone el riesgo de quedarnos tirados, por lo que es recomendable echar un vistazo a este mapa antes de salir de casa.
Tanto en puntos de recarga públicos como privados encontraremos sistemas de identificación que requerirán el uso de una tarjeta para poder encufar nuestro vehículo a la corriente eléctrica. Existen puntos de recarga que, debido a la novedad y en el marco de implantación de la movilidad eléctrica, estarán subvencionados públicamente durante un periodo de tiempo, por lo que algunas recargas pueden salirnos gratis. Tanto si pagamos por el servicio como si es gratuito, existen cuatro pasos a seguir:
- El primer paso para efectuar una recarga en estos sistemas será la identificación del usuario vía tarjeta prepago. Podemos solicitarla a través de nuestro ayuntamiento o compañía eléctrica.
- Una vez la estación reconoce nuestra tarjeta, procedemos a la conexión de nuestro coche al enchufe del poste. Más adelante veremos los distintos tipos de tomas que podemos encontrar.
- Asegurada la conexión, comenzará el proceso de recarga, durante el cual las conexiones se encontrarán bloqueadas por seguridad.
- Por último, queda la desconexión del vehículo, acción que requerirá, de nuevo, la identificación del usuario a través de la misma tarjeta usada previamente.
La realidad, por el momento, es que el eléctrico será un coche para hacer las gestiones y compras habituales en la ciudad, para acudir al trabajo si no está demasiado lejos, y poco más. Después de eso, toca volver al garaje y enchufarlo a la red eléctrica para disponer de la mayor autonomía disponible la próxima vez que lo cojamos. Hablando del garaje, no todo el mundo dispone de una plaza adicional para su segundo coche, ni tampoco tiene un enchufe a mano siempre. En la próxima parte de esta guía para coches eléctricos hablaremos de los puntos de recarga domésticos.