La toma de control que el grupo Fiat está ejerciendo sobre Chrysler y sus marcas empieza a tener sus consecuencias en forma de cierres y reestructuraciones. De hecho, incluso existe la posibilidad, rumoreada recientemente, de que una marca con tanta historia y tan reputada en el mercado americano como Dodge podría verse abocada a la desaparición en un periodo no muy extenso de tiempo.
Fiat aún no posee total control accionarial sobre Chrysler, pero está en proceso de hacerlo. Y con esa acción su intención es asegurar el futuro de la compañía a largo plazo, lo que podría implicar que algunas de las marcas no tengan cabida en el nuevo organigrama del gigante empresarial. Las claves para la supervivencia de la marca se hallan definidas principalmente por dos problemas. Uno de ellos es que los actuales modelos que componen la gama no tienen un claro relevo asegurado en forma de restyling ni de nueva generación. Vehículos como el Challenger, el Charger o el Avenger parecen por ahora condenados a la desaparición si continúan bajando sus ventas.
El otro lado del problema es la duplicidad. Debido a que el grupo se halla dividido en varias marcas (Chrysler, la propia Dodge, la submarca RAM, Jeep e incluso la deportiva SRT, además de la división deportiva Mopar) se plantea el inconveniente de que varios modelos de estas marcas puedan canibalizarse ventas.
Chrysler ya ha comenzado a trabajar recientemente con plataformas y motorizaciones Fiat para todas sus marcas, por lo que no sería descabellado desde el punto de vista empresarial que las otras marcas pudieran absorber sus modelos y venderlos incluso con el mismo diseño pero con una denominación distinta. Hay algunos ejemplos, como el Charger o el Durango, que pueden ser sustituidos por modelos con la misma plataforma y la misma concepción, como el Chrysler 300. También el reciente Dart podría ser sustituido por el Alfa Romeo Giulietta, lo que también beneficiaría los intereses de Fiat en cuanto a la vuelta de la marca transalpina a los Estados Unidos, e incluso el Dodge Journey sería renombrado como Fiat Freemont, al igual que en Europa.