Sin duda, hoy no ha sido el día de Ferrari. Tanto Fernando Alonso como Felipe Massa sufrieron varios problemas mecánicos durante la carrera del GP de Bahrein y quedaron descartados del podio. La carrera la ganó con comodidad Sebastian Vettel que volvió a a disfrutar con el tipo de carreras que le gustan, tirar y tirar desde el principio.
Fernando Alonso sufrió una avería en el DRS e incluso tras entrar por esto dos veces en boxes acabó logrando el octavo puesto, todo un éxito visto lo visto. El mérito del asturiano fue extraordinario. Al principio de la carrera su DRS se quedó abierto y tuvo que entrar en boxes para que los mecánicos lo cerraran manualmente. Aunque tras cerrarlo manualmente pudo continuar en carrera, el sistema quedó inutilizado, lo que perjudicó bastante al español.
El español peleó con Vettel en la salida, observó la lucha entre alemanes protagonizada por el piloto de Red Bull y Nico Rosberg en las primeras vueltas y, de golpe, cuando iba ya a la búsqueda y captura de Vettel, su alerón trasero se bloqueó. Después de entrar en boxes, el español regresó a la pista en la posición 17, a más de 25 segundos de Vettel. De nuevo en carrera, sin que nadie le avisara de que podía repetirse el mismo problema, usó otra vez el DRS y el alerón se volvió a quedar atascado. En Ferrari se llevaban las manos en la cabeza. Y el español tuvo que volver a pasar por boxes.
En esos instantes, Sebastian Vettel ya dominaba la carrera tal y como nos tenía acostumbrados en temporadas pasadas, escapándose sin competencia. Pero en Ferrari seguían sufriendo contratiempos. Felipe Massa, que ya circulaba con su alerón delantero roto, sufrió una alta degradación en su neumático trasero derecho, quizás afectado por el sobrecalentamiento que causa la pista de Bahrein y tuvo que entrar en boxes tras un pinchazo.
Los técnicos de Pirelli se llevaron la gastada goma tapada con una bolsa roja, para evitar miradas indiscretas que pongan en entredicho la calidad de los compuestos. A Hamilton, el sábado, ya le había pasado algo similar.
También fue dura la pelea entre Webber y Rosberg, con un choque entre ambos que dejó ‘noqueado’ al Mercedes y que obligó a dirección de carrera a investigar el incidente. Minutos después de la carrera, los comisarios han decidido no sancionar a Webber y dejarlo en una reprimenda. Mientras, Massa se tocaba con Sutil y volvía a perder el neumático trasero derecho. Y Alonso regresó a boxes para regular su alerón delantero. Esta parada, sin embargo, fue un punto e inflexión para el español. A pesar de seguir sin poder contar con el DRS para adelantar, Fernando Alonso mejoró mucho su rendimiento a partir de la vuelta 31. Situado en la décima posición, bajó sus tiempos y llegó a rodar con tiempos de cabeza de carrera.
El Red Bull del líder de la prueba volaba sobre la pista, Raikkonen apuraba al máximo sus neumáticos, Paul Di Resta (Force India) sorprendía a todo el mundo y los McLaren ponían el picante. La lucha feroz entre los dos pilotos de la escudería de Woking les llevó incluso a tocarse en un par de ocasiones. Jenson Button y ‘Checo’ Pérez peleaban por la quinta plaza cuando el mexicano no midió bien la distancia con su compañero de equipo y perdió parte de su alerón delantero. En la siguiente vuelta, ambos marcharon en paralelo durante varios metros y ‘Checo’ se vio recorrorriendo parte del trazado por fuera de la pista.
Vettel iba directo hacia su segundo triunfo de la temporada, los Lotus aseguraban sus plazas para el podio y el español de Ferrari seguía peleando por sumar cuantos más puntos mejor. En una vuelta, y pese a sus problemas técnicos, fulminó a los dos McLaren para soñar con la sexta o incluso la quinta plaza final. Le faltó, sin embargo, fuelle en las últimas vueltas, donde el ímpetu desmedido de ‘Checo’ Pérez relegó a Alonso hasta el octavo puesto final, sumando cuatro puntos que le impiden mantenerse tercero en la clasificación general, donde le ha superado Hamilton y en la que se escapa Vettel que le aventaja en 30 puntos.