Nadie puede echarle en cara a la francesa Bugatti que sus coches pequen de de falta de personalidad. El diseño del, hoy por hoy, automóvil más rápido del mundo lleva casi una década embelesando a los entendidos y a los más profanos del motor, en parte por su concepción como coche de interiores difícilmente igualables en cuanto a calidad, y también en parte porque es un alarde de la técnica moderna: suspensiones, un motor que es una auténtica brutalidad en sí mismo o un chasis que nada tiene que envidiar al de un fórmula uno. En resumen, puede considerarse ya no como el superdeportivo de la década, si no como uno de los mejores de todos los tiempos.
La apuesta de Bugatti siempre ha estado encabezada por la más absoluta exclusividad de sus modelos. Sus interminables opciones de personalización, que llegan al extremo de poder contar con materiales preciosos como oro, diamantes u otros como tapicerías de una calidad inimaginable, convierten a éste coche tanto en una carísima pieza de coleccionista como en un vehículo capaz de batir prácticamente a cualquier otro oponente. Pero parece que la fiebre por sacar tantas ediciones especiales, en su afán por buscar las máximas ventas, podría estar podría estar afectando a su tan deseada exclusividad. Podemos contar, que sepamos, 8 ediciones especiales fabricadas del Bugatti Veyron como tal, 15 más de su versión descapotable Grand Sport e incluso 4 más del acabado SuperSport, que ve aumentada su potencia hasta los 1200 caballos extraídos del motor 8.0 W16 de cuádruple turbo.
Pero incluso así, pese a que todas éstas ediciones superan muy holgadamente la cifra del millón de euros, llegando hasta los cinco en algunos acabados, la marca planea ahora lanzar una nueva serie para homenajear a las distintas leyendas que pilotaron para la firma en su época dorada, cuando pocos vehículos podían hacerles sombra en los circuitos de velocidad, llamada Les Légendes. Se trataría de una serie de 6 ediciones en total, y la primera de ellas estaría dedicada al piloto francés Jean-Pierre Wimille, vencedor en los años 1937 y 1939 de la histórica carrera de las 24 horas de Le Mans a los mandos de un Bugatti tipo 57. La decoración del nuevo Veyron estará basada en el azul que mostraba el coche en 1937, el típico azul característico de la marca en competición. Llevará abundante fibra de carbono a la vista en el exterior, pero mecánicamente será idéntico, manteniendo los 1200 caballos de potencia. Se espera que sólo se fabriquen tres exclusivas unidades de éste acabado, mientras que el resto de homenajes a pilotos, que se ha revelado que serán otros cinco, serán revelados a lo largo de los próximos doce meses. El Bugatti Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse Jean-Pierre Wimille (ojo con el nombre) será presentado en sociedad en el concurso de elegancia de Pebble Beach, el 18 de agosto.
Justo éste año se cumplían 90 desde la primera edición de la mítica carrera francesa. Bugatti ha decidido celebrarlo con éstas ediciones especiales, a las cuales, al menos a la primera de ellas no le sienta nada mal su nuevo color azul bajo nuestro punto de vista. De todas formas, la versión más esperada del modelo aún esta por confirmar, y es que los rumores apuntan a una edición final llamada Super Veyron, y que entregará la monstruosidad de 1600 caballos para así batir nuevamente los récords de velocidad que ha venido atesorando todos éstos años, planeando alcanzar los 460 kilómetros por hora.