La maratón de salones de exposición con la temática del sector del automóvil que se espera esta segunda mitad del mes de noviembre es abrumadora. Porsche presentará alguna novedad en cada uno de los salones que, después de un año cargado de novedades y celebraciones (el 50 aniversario del nacimiento de su deportivo más emblemático, el Porsche 911), desea despedirlo mostrando al mundo su última creación y la renovación de muchos de sus ya populares modelos.
Comenzando con una primicia mundial, el fabricante alemán presentará en el Salón del Automóvil de Los Ángeles el nuevo Porsche Macan, el cual ha utilizado para adentrase en el novedoso sector de los SUV compactos. La presentación oficial será el próximo 19 de noviembre a las 19:55 hora local, que en España serán las 4:55 de la madrugada del 20 de noviembre. Para que el nuevo miembro de la familia de Stuttgart no se sienta sólo, Porsche ha decidido exhibir en Los Ángeles los renovados 911 Turbo Cabriolet y Turbo S Cabriolet. El dinámico descapotable equipa un motor de seis cilindros y 3.8 litros con doble turbocompresor que desarrolla 520 CV, mientras que la versión S alcanza los 560 CV y una velocidad máxima de 318 km/h.
Para el Salón del Automóvil de Tokio, la casa de Stuttgart desvelará por primera vez los Panamera Turbo S y Turbo S Executive, la variante más rápida, potente y lujosa de la gama. Con una potencia máxima de 570 CV, el Panamera Turbo S se catapulta hasta los 310 km/h, convirtiéndose en uno de los más potentes de su segmento. Por otro lado, Porsche ha diseñado por primera vez una versión Executive del Panamera Turbo S, lo que dota a la berlina alemana de una distancia entre ejes 15 centímetros mayor.
Una vez presentado a nivel local, en el pasado Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt, el Porsche 918 Spyder cruza el ‘charco’ para hacer un debut simultáneo en Los Ángeles y en el Salón del Automóvil de Guangzhou (China). Diseñado para ser un deportivo híbrido de altas prestaciones, el 918 Spyder genera un potencia máxima de 887 CV que hace que sea capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan solo 2,6 segundos, sin renunciar a una eficiencia más característica de un vehículo compacto que de un deportivo de esta envergadura, consiguiendo un consumo de combustible que oscila en torno a los 3 litros cada 100 kilómetros.