Hace unos años, la gigante india Tata Motors concibió un ambicioso plan para poner a la venta un coche esencial comercializado al mínimo precio que fuera posible, similar al del Fiat 500 o el Austin Mini en los años 50, con el objetivo de motorizar por completo a la India y pretendiendo vender millones de unidades. Este plan se materializó con la salida al mercado del pequeño Tata Nano, un coche tremendamente asequible (unos 1500€ al cambio en su versión más económica) a la vez que perfectamente funcional.
Se trata de un vehículo del segmento A, homologado para cuatro plazas con cinturones de seguridad en todos los asientos, y que trata de economizar en todos los aspectos. Es propulsado por un motor bicilíndrico en línea de 623 centímetros cúbicos situado en el extremo trasero del chasis, que transmite a las ruedas traseras una modesta pero suficiente potencia de 33 caballos y 48 Nm de par. Equipa frenos de tambor en las cuatro ruedas, de 12 pulgadas de tamaño y tres tornillos de fijación.
Por su parte, el espacio interior está magníficamente aprovechado pese a ser muy pequeño exteriormente, consiguiendo en torno a un 20% más de espacio interior que otros coches con el mismo o mayor tamaño. En su interior, ofrece equipo de radio con cuatro altavoces, volante de tres radios, elevalunas manuales y velocímetro analógico desde la versión más económica. Tambien ofrece distintos colores exteriores y de tapicería, además un pequeño maletero de 80 litros, ampliable mediante el abatimiento de los asientos traseros.
Se trata de un coche espartano que cuenta con lo esencial para ofrecer movilidad asequible, pero que cuenta con un comportamiento y unos consumos decentes, e incluso ofrece pequeños lujos en opción como la conectividad Bluetooth, elevalunas eléctricos, toma de corriente de 12 voltios o llantas de aleación. Por lo tanto, en principio reúne todos los requisitos para llegar a ser un superventas y revolucionar el mercado indio. Sin embargo, su objetivo inicial de vender 10.000 unidades mensuales se ha reducido a tan sólo 1500. Conozcamos algunas de las razones que no permiten por ahora al pequeño indio despegar como es debido.
El mercado indio está saturado actualmente por las motocicletas. En un intento por reducir esa dependencia, Tata desarrolló el Nano para venderse al mínimo precio posible. Pero los clientes indios se resisten a adquirir un vehículo que es símbolo de bajo poder adquisitivo entre las masas, por lo que siguen prefiriendo desviarse hacia el mercado de las dos ruedas. Por eso, paradójicamente es el precio tan ajustado una de las razones que hace que los consumidores tengan reticencias a su compra, es “demasiado barato”. Por otra parte, las primeras series del vehículo han experimentado algunos problemas en forma de incendios en el motor que ya han sido solventados en recientes actualizaciones. Y para acabar de rematar, la planta donde se producen ha estado cerrada por algunas razones administrativas y políticas, lo que ha retrasado su aparición en público, ademas de aumentar las listas de espera y reducir el número de unidades fabricadas. Tata sigue creyendo en el éxito del modelo y está lanzando agresivas campañas publicitarias y nuevas actualizaciones, para alcanzar el objetivo de ventas de un modelo competente dentro de sus pretensiones y con calidad suficiente como para conquistar el mercado en muchos lugares.